Todo aquel que tenga pensado adquirir un Mini Bull Terrier, se hace normalmente las mismas preguntas y tiene siempre as mismas preocupaciones… ¿Me destrozará mi casa? ¿Me quedaré sin sofá, sin mueble, sin zapatos tal vez?
La respuesta es en un 98% que sí. Por este motivo, has de estar mentalizado siempre que tener un Bull Terrier Mini implica tener el cuidado de no dejar nunca nada importancia y de valor a su alcance.
Los Mini Bulls son prácticamente pirañas debido a afilados dientes y como tal, arrasan con todo lo que pueden y está a su alcance. Para ellos es lo más divertido del mundo. Les da igual romper un zapato que hacer una fiesta de la espuma con tu sofá. Todo vale para pasar un buen dato,
Para impedir este problema, o al menos para minimizar los inconvenientes, solemos recomendar las jaulas educativas. Son lo suficientemente amplias para que el Mini Bull pueda dormir a pierna suelta y ponerse en pie cómodamente, pero les impide recorrer la casa a sus anchas cuando no está bajo nuestra supervisión.
Este aspecto es importante, ya que cuando el perro vive en el interior de la vivienda, no se suele valorar la conveniencia de que el animal también tenga su habitación propia, su espacio de intimidad, un refugio donde relajarse.
El uso más habitual de estas jaulas educativas es que estén abiertas durante todo el día y cerrada por la noche. De esta forma el perro pronto entenderá la jaula de educación como su habitación particular, metiéndose en ella para dormir por la noche, para echar sus siestas o simplemente cuando quiera estar solo y descansar de tanto humano.
Si le cuesta habituarse a la jaula, algo muy improbable, siempre hay pequeños trucos para ayudarle a coger la confianza necesaria. Se le puede colocar el recipiente del agua en su interior y se le puede dar de comer también sola dentro de ella, así se le acostumbrará desde el inicio a la jaula y a que no existe problema alguno .
¡¡Problema resuelto!!